Base de la microeconomía es la restricción presupuestaria, sin embargo esta no debe de entenderse solo en la limitación de la adquisición de bienes, sino en enfocarse en la manera eficiente de aplicarse el presupuesto, es decir:
1.- Lo que deseo (lo que está fuera del presupuesto)
2.- Lo que necesito (lo que está dentro del presupuesto)
3.- Lo que requiero (lo que debes de incluir en el presupuesto)
Un balance en estos tres ejes hacen la correcta aplicación del presupuesto para lograr una armonía financiera y por lo tanto la coordinación correcta de un presupuesto global. Sin duda es una oportunidad que pocos visualizan, ya que un gran número de la gente activa y productiva, distraen su atención sólo en lo que necesitan y otros tantos en lo que desean, lo que trae como resultado en el mediano plazo, que los deseos consumen lo necesario y por lo tanto lo necesario se reduce en la medida que se van cubriendo esos deseos, por ejemplo el deseo de tener una mejor casa o un mejor auto, orilla a las personas productivas a adquirir deudas, las cuales les obligan a mermar la satisfacción de sus necesidades y en consecuencia final se olvidan de lo que requieren.
La gente productiva es excelente en lo que produce y así como requiere ir al doctor cuando está enfermo, requiere de un experto en temas que no domina, en este caso el económico y financiero y que sin duda alguna, le ayudarán a optimizar sus ingresos asignándolos correctamente en la proporción de lo que requiere para cumplir sus deseos sin descuidar lo que necesita. Por lo tanto el reto se encuentra en incluir lo que requieres, para no perder lo que tienes y lograr lo que deseas.
MDOH Ramón Rodríguez Valdivia
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